
17 nov 2024
Este 17 de noviembre, en el Día Mundial de la Niña y el Niño Prematuro, la Secretaría de Salud de Hidalgo (SSH) recuerda que los bebés prematuros no esperan a nadie, ni siquiera al calendario de gestación. Y cuando decimos prematuros, hablamos de aquellos pequeños que se adelantan al show antes de la semana 37, obligando a médicos y padres a improvisar un sprint para salvar vidas.
El parto prematuro no es juego: cuanto más temprano llega el bebé, más inmaduros son sus órganos. Así que estos guerreros diminutos enfrentan una montaña rusa médica para que sus corazones, pulmones y hasta intestinos aprendan a jugar en la gran liga de la vida. Por eso, los hospitales se convierten en su segundo hogar, y las incubadoras, en su mejor escudo para estabilizar funciones y evitar complicaciones como infecciones o problemas respiratorios.
Ahora bien, ¿por qué algunos bebés se adelantan al estreno? Puede ser cosa de sobrepeso, diabetes, hipertensión, infecciones o hasta la edad materna (ya sea muy joven o ya entrados en años). También influyen tratamientos de fertilidad, embarazos múltiples y partos prematuros previos. Vamos, que hay un combo variado y nada glamuroso.
Para evitar que el drama sea mayor, la SSH pide ponerse las pilas con el control prenatal, la detección de infecciones silenciosas y, claro, un buen uso de los esteroides prenatales. Desde el momento en que los bebés pisan el mundo, el contacto piel con piel es clave, al igual que la lactancia materna (que no solo es "superfood" para los prematuros, sino todo un salvavidas).
Y si eres de los que piensa que el método canguro es solo para documentales de la selva, piénsalo dos veces: es vital para crear el lazo materno-paterno y fortalecer a los pequeños guerreros que aún luchan en el hospital.