El festival, que ha dejado a todos con los ojos rojos pero de felicidad (no del picante), no solo celebra el amor por el jitomate, sino también a esos héroes anónimos que lo cultivan en las tierras de Metepec. La batalla de jitomates, ese épico enfrentamiento donde los asistentes se desahogan arrojándose tomates en una especie de terapia grupal agrícola, es la estrella del show. Y no es solo por diversión, sino porque ese tomate ha sido cuidadosamente recolectado de las mermas de la cosecha. ¡Sí, amigos, es jitomate reciclado con amor y responsabilidad! No se desperdicia ni un trozo de este fruto sagrado de la economía local.

La Jitomatiza ha logrado algo más que fama local, se ha colado como un evento turístico con tanto sabor que hasta los turistas más serios han tenido que rendirse ante el poder del jitomate y sus tradiciones. ¿Quién pensó que lanzar un tomate a la cara podía ser tan culturalmente significativo? Metepec lo ha hecho posible, y con su innovadora mezcla de tradición, diversión y sostenibilidad, se ha posicionado como un destino turístico de esos que no te puedes perder… especialmente si te gustan los tomates.

Así que, ya sabes, la próxima vez que te encuentres en Hidalgo, mete la mano en tu mochila, agarra un tomate, y únete a la fiesta más épica de todos los tiempos. Porque en Metepec, ¡el tomate es rey y la fiesta es tuya!