Gracias a las lluvias recientes y al aguante de la infraestructura (que fue consentida con su limpieza y mantenimiento, porque el agua también necesita su spa), la presa no solo recuperó su nivel, sino que ya está surtiendo líquido directo a la planta potabilizadora El Bordo. Ahí, el agua pasa por un "arreglito" completo: desinfección, filtrado y seducción bacteriológica, para cumplir con la norma y llegar perfecta a las casas.

Pero, ojo, porque con gran poder hídrico viene una gran responsabilidad. La Caasim pide a todas y todos los usuarios que le bajen dos rayitas al derroche y refuercen los hábitos de ahorro. Ya saben: nada de regar la banqueta, duchas eternas o llenar la alberquita inflable del perro.

Así que celebremos que la Jaramillo se puso al corriente, pero también hagamos nuestra parte, porque mantenerla así depende de todos. Mientras tanto, sigamos disfrutando del agua en los barrios, que ya podemos decirle adiós al drama de los garrafones y las cubetas. 💧🎉