No es que no lo estén haciendo con ganas: están usando robots, maquinaria de última tecnología, y hasta tienen cuadrillas de mantenimiento y supervisores que parecen salidos de un programa de Discovery Channel. Van a cortar tubería, limpiar con precisión y meter un tubo con tres capas súper resistentes, como si fuera la capa de superhéroe del agua potable. Eso sí, mientras andan de "cirugía mayor" con el acueducto, el suministro de agua en la Zona Oriente y Centro de la Zona Metropolitana de Pachuca va a andar más escaso que las dietas saludables en Navidad.

Para que no cunda el pánico, la Caasim va a desplegar carros cisterna por las zonas más afectadas. Así que, si ven un camión con tanque de agua, no es que estén vendiendo garrafones, sino que vienen a rescatar a los sedientos del barrio. La recomendación, como siempre, es que le bajen al derroche. Nada de duchas eternas ni llenar la piscina inflable, que estos días hasta el "ahorro hormiga" de agua va a ser bienvenido.

Una vez que terminen de darle una nueva vida al acueducto, el agua empezará a fluir de nuevo, pero no esperen un torrente inmediato: la recuperación será gradual, como quien le sube poco a poco al volumen de la radio para no despertar al vecino. ¡Paciencia, Pachuca! Que si bien el agua no cae del cielo, al menos hay un operativo en marcha para que siga saliendo del grifo… aunque sea con gotero.