Alan Austria, el jefe de este buen rollo, no dudó en aplaudir a los colaboradores que, sin duda, le dieron un empujón a los ánimos de las familias que pasaban por momentos difíciles. "Con esta visita, no solo llevamos alivio estomacal, también alimentamos el espíritu con narraciones épicas de nuestro leyendero de confianza, Luis Manuel García", comentó con una sonrisa contagiosa.

Brenda, Astrid, Angélica, Marina y Alejandro, los valientes voluntarios de esta odisea, no se hicieron del rogar y se pusieron las pilas para recolectar y donar lo necesario. Además, tuvieron el honor de acompañar a Luis Manuel mientras entretenía a los presentes con sus historias de miedo y asombro.

"Es en estos momentos donde sacamos pecho como buenos hidalguenses. Nos juntamos, ponemos nuestro granito de arena y demostramos que, aunque el mundo esté patas arriba, siempre habrá espacio para una buena causa", afirmó Austria entre tacos y aplausos.

Esta noble gesta no solo busca darle un respiro a los pacientes y sus familias, sino también demostrar que la solidaridad y la humanidad no están en cuarentena. ¡Qué viva el voluntariado y que sigan los cuentos y los tacos para todos!